Mi hija ha estado en el preescolar desde la edad de 3 meses, y todas las mañanas, puedo ver muchos tipos diferentes de padres y madres que dejan a sus hijos. Por ejemplo:
- El Padre Todo Negocio: Este es el padre que metódicamente coloca la bolsa del almuerzo del niño en el cubículo del niño, acompaña al niño al aula y rápidamente se agacha, le da un abrazo y un beso rápido y se aleja sin mirar hacia atrás.
- El Padre Desorganizado. Este es el padre que sigue llenando el almuerzo del niño mientras traer al niño a la escuela. Este padre también se olvida de la mitad de las pertenencias del niño en el carro y tiene que ir y volver desde el carro a la sala de clase para procurar los enseres necesarios.
- El padre Persistente: Le da un beso y un abrazo a su hijo/a, pero se queda y le saca un beso, quiera el niño o no.
- El Padre demasiado agradable: Entra y se “adueña” del centro, incluyendo el personal, los niños y otros padres. Esta padre puede también usar un altavoz para dar los buenos días a todos. Este padre bromea con todo el mundo y emite una gran cantidad de energía.
- El Padre Estresado: Pisa fuerte, arrastrando a su hijo/a. Este padre tiene demasiadas cosas y deja fuera a su niño/a sin ninguna interacción real. El niño está bien contento de estar lejos de este padre al momento de dejarlo(a) o él/ella ha interiorizado una sensación de estrés y empieza a llorar cuando el padre o la madre lo deja.
- El quejoso: Hace precisamente eso. Desde el momento en que este padre camina con su hijo/a, hay un sinfín de temas que deben ser discutidos. ¿Por qué el aula de mi hijo queda al final del pasillo? ¿Por qué mi hijo no tiene un turno en primer lugar? ¿Los maestros le prestan atención a mi hijo durante el día? No hay conversación racional con este padre, y siempre hay un problema con que lidiar.
- El Padre Todo Modales: Camina con su hijo/a, tiene una agradable charla mientras camina con el niño y hace un buen trabajo en la transición del niño al modo escuela. Hay un abrazo y un beso de despedida y un “nos vemos más tarde!” cuando él/ella sale.
Todos hemos sido uno de ellos en un momento u otro, y desde luego saber lo que se siente al ser el padre persistente.
Uno vacila de ser el padre todo negocios a los padres todo modales.
Algunas mañanas, uno está corriendo para ir a trabajar y darle un abrazo y un beso al hijo(a).
En otras mañanas, somo capaces de tomar una respiración profunda y unos minutos para asegurarse de ellos, de su conexión a sus amigos y maestros antes de darle un abrazo y un beso y de desearle un gran día.
Como padres, nos esforzamos por ser modelos fuertes para nuestros hijos, pero ¿reconocemos esto cuando estamos agobiados?
Podemos “alertar a los” otros padres cuando vemos que están siendo los padres estresados y necesitan tomar una respiración? Creo que es importante controlarnos nosotros mismos y ayudarnos unos a otros al mismo tiempo.